30 de noviembre de 2012

Invasión de mariquitas!!!!

 
Llevo tiempo aplazando este post porque no sabía muy bien cómo contaros lo especial que fue esta tarta. Yo al principio no sabía que iba a serlo, me enteré cuando la cumpleañera ya había soplado las velas y ya no quedaban ni las migas del bizcocho.... 

 
 


Como ya muchos sabéis, lo de hacer tartas es una cosa que he llevado siempre en la sangre, las he hecho para multitud de ocasiones familiares y cumples de amigas, y el hecho de gente que no conozca de nada confíe en mí para participar en sus días especiales es algo que todavía no consigo asimilar.


Es el caso de esta familia gaditana porque a pesar de que sólo conozco personalmente a una pequeña representación de ella, todos y cada uno de sus miembros forman parte de este mundo maravilloso que se ha creado en torno a mis tartas. Sin verles soplar las velas a ninguno de ellos han hecho que  me sintiera testigo privilegiada de sus celebraciones (para ellos fueron dos tartas de lunares, el concierto de Juan Pardo, la cebrita Regulín, el triatleta comiendo tarta, varios cupcakes.....)



Y entonces fue cuando Gema me pidió una tarta con mariquitas para celebrar un cumpleaños de los que se tienen ganas de celebrar por todo lo alto. Con muchísimo cariño le hice este bichito dulce que completara su día especial y que fue volando hasta Cádiz capital para que todos lo disfrutaran. Cuando acabó el jolgorio y ya todos volvieron a casa, Gema tuvo el detalle de contarme lo maravilloso que había sido su día y cómo yo, desde la distancia, había contribuido a ello con mi labor.

Como ya te dije aquella noche, gracias por tantas palabras bonitas sobre mi trabajo. Personas como tú y tu familia hacéis que todo esto tenga sentido. Gracias de corazón.


Un abrazo

15 de noviembre de 2012

Mi corazón late como una taza de chocolate....

 
Qué adolescencia tan dura nos tocó vivir, todo el día inventando frases tan absurdas como esa.... Aaaay! (suspiro profundo), qué lejos quedaron los 15 años....
 
Últimamente mis amigas y yo hablamos mucho de eso. He sido la primera en casarme, y detrás vienen toooodas las demás. Llevamos desde las navidades del 2010 hablando de preparativos sin parar, jejeje, cuando no es por una es por otra, claro: haciendas, flores, vestidos, zapatos, menús, tartas....
 
Y de repente, alguien lo dice en voz alta, como si estuviera en la mente de todas y se convirtiera en la portavoz de todos nuestros pensamientos: "qué mayores somos...."
 
Ya sé que estar entre los 25 y los 30 no puede considerarse ser mayor en el grado en el que lo decimos, pero tenéis que entendernos: nos conocemos desde los 9 años, que se dice pronto! Nos hemos visto crecer y hemos estado presentes en los buenos y malos momentos de las demás, sin que faltara ni uno. Creo que hablo por todas diciendo que nos sentimos muy orgullosas de ello, y que siempre, siempre, haremos lo posible por que siga siendo así.

 
 

Y después de este rollo nostálgico ya os puedo contar que esta tarta de corazón taaaan mona y taaaaan coqueta no tiene nada que ver con esto, jejeje. Me la pidió Carima para su noche romántica con su marido, porque no tiene que ser ni aniversario ni San Valentín para cenar solitos a la luz de las velas, no? 

Por dentro, bizcocho de vainilla con buttercream de moka, qué rica estaba.... Todavía me relamo pensando en cómo rebañé el taper antes de fregarlo...

Espero que os guste!

Un abrazo

9 de noviembre de 2012

Mi gran trabajo: bautizo de Martina

 

La tarta que os enseño hoy creo que ha sido la que más me ha impresionado de mi historia tartil. Incialmente era una tarta para 60 comensales, pero se me fue la mano.... y terminó pesando 8 kilos cuando terminé de decorarla.
 


Cuando la madre de Martina me la pidió me dio bastante miedito, porque era un gran día para ellos y todo tenía que salir perfecto. En mi visita a Madrid me compré el súper molde de 28cm de diámetro para hacer el piso de abajo, porque no estaba segura de si con los que yo tenía conseguiría las 60 raciones.


 
Respecto al diseño, me lo dejaron a mí, las únicas consignas eran blanco y rosa, lo demás, a mi antojo. Decidí este estilo sencillo y elegante para que destacaran los zapatitos y el medallón.
 


 
Mientra iba montando los pisos una vez forrados en fondant, me temblaban las piernas, y hasta el pulso! Tengo a mi señor esposo de testigo, que tiene el cielo ganao conmigo (me pongo realmente insoportable cada vez que tengo una tarta complicada entre manos, no me aguanto ni yo!)
 
Por dentro combinamos dos sabores distintos: súper brownie chocolatoso por un lado, y bizocho de limón relleno de chocolate y fresa por otro. 
 
Al día siguiente, la madre de Martina me escribió para contarme que todo fue genial y que la tarta les gustó mucho a todos. Fue una gran satisfacción saber que tanto esfuerzo había merecido la pena.
 
 
Espero que os guste!!