Y este que véis ha sido el resultado.
No se puede decir que no lleve colores, eh? y qué me decís de mis mini cortadores? Nadie puede resistirse a sus encantos... jejeje, yo la primera! Son tan pequeñitos y tan monos que hice un montón de estrellitas de más, y ahora me da pena tirarlas. Ahí están, en la encimera de mi cocina, mirándome cada vez que paso por allí.
El bizcocho fue a petición un súperbrownie rico rico bien borrachito y relleno de chocolate negro, igual que la tarta rockera, que por lo visto tuvo mucho éxito.
Vuelvo a agradecerle a Ezequiel la confianza que puso en mí para regalarle esta tarta a su madre (espero que le guste!), y a mi amiga Mercedes, que tanta publicidad me está haciendo en su círculo de amistades.
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