Despedida dulce

La semana pasada fue una semana triste para mi familia, se marchó nuestro abuelo después de 88 largos años.

Sus últimos meses de vida los pasó en el centro para mayores Reif de Utrera, donde recibió los mejores cuidados de los mejores profesionales. La decisión de llevar a tus mayores a una residencia la hemos experimentado como una de las más difíciles, preguntándonos si era lo correcto, si era lo mejor para ellos y si estarían bien atendidos. Un año después, tenemos la certeza de que no nos equivocamos.

En Reif les han tratado con cariño, con mucho cariño; han curado sus heridas, han escuchado sus quejas, han calmado sus dolores, han tenido palabras de aliento, han apoydo a la familia aún cuando hemos perdido las formas y nos han acompañado en sus últimas horas. No tenemos palabras para agradecerles a todos y cada uno de los trabajadores del centro todo lo que hicieron por ellos y por nosotros.

 En casa queríamos agradecerles tanto esfuerzo y trabajo con algo más que palabras, y a mí se me ocurrió esta dulce (para no variar, todo lo arreglo igual) idea: una cesta llena de galletas y magdalenas caseras, hechas con el mismo cariño con el que ellos cuidaron de nuestros abuelos.

Os llevamos a todos en el corazón, igual que vosotros lleváis a nuestros mayores.

Un abrazo