7 de febrero de 2012

Una de motos pero sin ruedas


Esta tarta ha sido especial. Bueno, todas lo son porque en todas pongo algo de mí, pero la chica que me pidió esta estaba tan entusiasmada con la sorpresa que le preparaba a su chico que me contagió la ilusión y los nervios, jejeje.


Cuando me contó su idea por teléfono no sabía muy bien cómo enfocar el diseño. A ellos les gustan las motos, cada uno tiene la suya y yo diría que cada una tiene su personalidad. La de él se llama La Perla, y es de un blanco nacarado precioso. La de ella se llama La Pizpireta, y me da a mí que tiene bastante que ver con su dueña... 





Ambas tenían que protagonizar el diseño y Rocío quiso que fueran representadas por sus respectivos depósitos, donde llevan sus nombres. 




Me dan mucho respeto las tartas para chicos porque siempre temo que me queden poco masculinas o muy infantiles, por eso elegí el tono gris, el blanco y el negro. Además, tenía que incluir el parche que representa a su grupo de amigos, que llevaba una calavera mosqueá y que tuve que hacer a pincel para que fuera lo más similar posible.

Por dentro, bizcocho de naranja relleno con chocolate negro y mermelada de naranja.

Rocío ya me ha contado que les gustó mucho y se lo pasaron genial en la fiesta sorpresa que tenía preparada. Me alegro cantidad!!


Un abrazo.